Litoral y cocacola
Claudia del Río
72 pg. / Poesía
ISBN 978-987-28686-0-4
Selecciones Ivan Rosado
2012
el oleaje va del sauce al deshecho, de la red a los pies, del bote al bote, de la mano al ojo, del ojo al pincel, al lápiz. Aquí.
Allá, lo innumerario: el barro, el árbol, los cuadros filiales
la enumeración es presencia porque “Lo dicho hecho está”. Poesía que fluye como el agua y se recoda, limosa, en el contorno total de la naturaleza.
Está la mirada y el dibujo. Entre ambos, la mente tira un ancla breve y sigue, como quien hace anotaciones, toma apuntes. Cuadros dentro de cuadros, sin marco. Poesía pintada, escrita, dibujada, permanente en el litoral de la imagen y del sentido; línea fugada de las voces que hilvanan una geografía fantástica y realísima.
Mercedes Gómez de la Cruz
Litoral y Cocacola es una reunión de poemas que inicia una especie de era climática. Son poemas de un paisaje detenido, como lo que flotando se acerca lento al remanso. Con una voz muy personal, Claudia elige a la escritura como un arma de experimentación, y con ella nos lanza infinidad de imágenes. Generosidad llamamos a ese proceso.
Ana Wandzik
Litoral y cocacola
Claudia del Río
72 pg. / Poesía
ISBN 978-987-28686-0-4
Selecciones Ivan Rosado
2012
el oleaje va del sauce al deshecho, de la red a los pies, del bote al bote, de la mano al ojo, del ojo al pincel, al lápiz. Aquí.
Allá, lo innumerario: el barro, el árbol, los cuadros filiales
la enumeración es presencia porque “Lo dicho hecho está”. Poesía que fluye como el agua y se recoda, limosa, en el contorno total de la naturaleza.
Está la mirada y el dibujo. Entre ambos, la mente tira un ancla breve y sigue, como quien hace anotaciones, toma apuntes. Cuadros dentro de cuadros, sin marco. Poesía pintada, escrita, dibujada, permanente en el litoral de la imagen y del sentido; línea fugada de las voces que hilvanan una geografía fantástica y realísima.
Mercedes Gómez de la Cruz
Litoral y Cocacola es una reunión de poemas que inicia una especie de era climática. Son poemas de un paisaje detenido, como lo que flotando se acerca lento al remanso. Con una voz muy personal, Claudia elige a la escritura como un arma de experimentación, y con ella nos lanza infinidad de imágenes. Generosidad llamamos a ese proceso.
Ana Wandzik