arte & literatura argentine

El año de Stevenson

Elvio E. Gandolfo


216 pg. / Poesía

ISBN 978-987-3708-04-6

Selecciones Ivan Rosado

Obra en tapa: Maxi Masuelli

2014


Conocido como autor de ficciones tan imaginativas como perfectas, crítico implacable siempre atento a los destellos de los géneros, Elvio Gandolfo ha venido escribiendo y escondiendo, a lo largo de su vida, espléndidos poemas.

Aquí hay algunos de ellos, que arman una especie de diario personal. No renuncian a narrar, pero buscan el momento en que la narración se detiene en una frase que alguien dijo, en un recuerdo obstinado, en un instante de armonía o lucidez. En todos los poemas hay como el eco de una conversación; a veces se trata de esas conversaciones que tenemos con nosotros mismos.

Recorren estos poemas un catálogo de pasiones: la lectura y las discusiones que nacen con la lectura; su padre, el gran Francisco Gandolfo, retratado en su último año; el cine (de Nicholas Ray a David Lynch); el amor por las tres ciudades que se disputan al autor (Rosario, Buenos Aires y Montevideo); las reuniones de una familia numerosa y singular; las largas caminatas; la amistad hecha de conversaciones y cafés.

Se habla en algún poema del “dios de lo mismo”, pero a Gandolfo le ha tocado el otro: el dios de lo variado, de la sorpresa, del humor. Como en sus mejores relatos, la vida literaria y los relámpagos de la experiencia se unen para la melancólica felicidad del lector.

Pablo De Santis

El año de Stevenson/ Elvio E. Gandolfo

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El año de Stevenson

Elvio E. Gandolfo


216 pg. / Poesía

ISBN 978-987-3708-04-6

Selecciones Ivan Rosado

Obra en tapa: Maxi Masuelli

2014


Conocido como autor de ficciones tan imaginativas como perfectas, crítico implacable siempre atento a los destellos de los géneros, Elvio Gandolfo ha venido escribiendo y escondiendo, a lo largo de su vida, espléndidos poemas.

Aquí hay algunos de ellos, que arman una especie de diario personal. No renuncian a narrar, pero buscan el momento en que la narración se detiene en una frase que alguien dijo, en un recuerdo obstinado, en un instante de armonía o lucidez. En todos los poemas hay como el eco de una conversación; a veces se trata de esas conversaciones que tenemos con nosotros mismos.

Recorren estos poemas un catálogo de pasiones: la lectura y las discusiones que nacen con la lectura; su padre, el gran Francisco Gandolfo, retratado en su último año; el cine (de Nicholas Ray a David Lynch); el amor por las tres ciudades que se disputan al autor (Rosario, Buenos Aires y Montevideo); las reuniones de una familia numerosa y singular; las largas caminatas; la amistad hecha de conversaciones y cafés.

Se habla en algún poema del “dios de lo mismo”, pero a Gandolfo le ha tocado el otro: el dios de lo variado, de la sorpresa, del humor. Como en sus mejores relatos, la vida literaria y los relámpagos de la experiencia se unen para la melancólica felicidad del lector.

Pablo De Santis

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